Acerca de Lucy

Hace casi treinta años, comencé un camino de auto-descubrimiento y de desarrollo personal que me llevó a lo que hago hoy profesionalmente. Lo que es interesante es "quién" estaba destinada a ser y "lo que" yo nací para hacer permanecía en estado latente en mí por muchos años, como una semilla que espera para ser cultivada y florecer en su expresión total. Desde entonces he aprendido que hay una semilla de este tipo en cada uno de nosotros. Es la semilla de nuestro mayor potencial y que a veces, esta esperando ser descubierta y crecida en ti también.
A mediados de 1980, me convertí en una recién casada, y dentro de un año y medio, una nueva mamá. Los desafíos que estos dos acontecimientos importantes de la vida trajeron eran a la vez estimulantes y agotadores. Me encontraba experimentando los "altibajos" de la maternidad. Los "altos" eran el amor y la alegría al darle la bienvenida a una pequeña especial en nuestra vida. Los "bajos" eran el acto inesperado de balancear las responsabilidades de cuidar y criar a una niña. El intento dificil de mantener equilibrio en la vida personal con un nuevo hijo deja a los padres prácticamente sin tiempo para ellos mismos o individualmente.
Yo no podía ver los cambios y demandas causadas por la combinación de la maternidad y el ser una recién casada. Manejé éstos lo mejor que sabía, siempre apareciendo como si sentia confianza y mantenia balance, mientras trataba de cumplir con las expectativas culturales y sociales. Y hice esto mientras que trabajaba a tiempo completo.
No era perfecta. Comencé a tomar decisiones que venían más de la inmadurez que de la sabiduría, posiblemente como un grito de ayuda, porque no podía verbalizar mis necesidades. Mis pobres opciones borraban lo que estaba sucediendo. Este comportamiento comenzó a afectar mi matrimonio joven en una forma negativa. Yo misma me estaba perdiendo y empecé a sentirme triste e incierta, pensando que estaba sola para figurar como remediar la situación.
Las consecuencias de mis decisiones empezaron a afectar mi vida: todo lo que yo estaba tratando de mantener junto empezó a desintegrarse. La vida aparecía muy frágil. Me sentía sola y como si me estaba hundiendo en un pozo oscuro. Desarrollé una tristeza, pensando que nadie me podía ayudar. Mis sentimientos se volvieron casi insoportables. Un día, sintiendome deprimida, lo único que pude hacer fue quedarme en la cama y llorar. Sintiendo dolor, lloraba inconsolablemente. Mi corazón se rompía y se sentía pesado, empapado con dolor. Desesperadamente, le rogué a Dios que me quitara el dolor y la miseria que sentía.
Sorprendentemente, ocurrió algo que nunca podría haberme imaginado. Todavía recuerdo que dentro de unos momentos después de haber rogado por ayuda una energía increíblemente amorosa comenzó a surgir hacia mí. Irradiando desde la esquina izquierda de mi recámara, la energía era muy cálida y tranquila y me llenó totalmente de amor. Me trajo una sensación inmediata de calma y se aferró a mí. Instintivamente, sabía que era una Presencia Divina. Aunque no vi nada como un ángel o las luces brillantes, yo nunca dude que era naturalmente Divina. Esta invisible Presencia cariñosa, difícil de describir, vino a entregarme lo que le pedí. Era demasiada sanadora. En ese instante, sentí un alivio profundo y sentí sin duda que todo iba a estar bien. Mientras disfrutaba de esta ola suave de energía divina, me calmé y al fin dejé de llorar. Un consuelo profundo se apoderó de mí. Yo sabía que mi situación se resolvería y con tiempo, asi ocurrió.
Indudablemente, la maravilla que experimenté esa mañana ha sido inolvidable, pero aún más importante, la Presencia Divina despertó algo más profundo dentro de mi ser. Despertó en mí el deseo de aprender a vivir la vida de manera más positiva y con más amor. También llegué a entender que despertó el aspecto espiritual de mi humanidad. La experiencia me puso en un camino de desarrollo personal y me llevó a mucho auto-descubrimiento. Ese roce con la Presencia Divina provocó en mí un hambre insaciable para aprender acerca de asuntos espirituales. Empecé una búsqueda para entender. Leí libros, estudié, asistí a clases, y fui a retiros relacionados con la espiritualidad y lo Divino. Me convertí en un estudiante de temas acerca de la intuición, el propósito de la vida, la felicidad, los ángeles, el misticismo, la energía, la sincronicidad, signos y símbolos, los sueños, las prácticas curativas de una variedad de culturas, la sabiduría de los indios nativos americanos y más. He estado en este camino desde entonces.
Al refleccionar, yo comprendo que la experiencia que tuve a causa de las circunstancias difíciles con cual trataba no es tan importante como todo el aprendizaje que ocurrió a causa de ella. He llegado a comprender la experiencia como lo que realmente fue: una Divina y graciosa despertación. Llegó a despertar mi espíritu y a recordarme que la única manera de salir de la oscuridad es a través del amor: el amor incondicional de uno mismo y los demás. La experiencia increíble que tuve también me enseñó a prestar atención y a vivir la vida de una manera más consciente de lo que realmente es importante. Seguí aprendiendo, intenté entender y tomar acción al escuchar la guíanza que he recibido a través de los impulsos de mi corazón. Estas intuiciones siempre me han dirigido a vivir la vida de una manera mejor, con amor y con propósito.
Una cosa me llevó a la otra y pronto me sentí llamada a usar mis conocimientos, talentos y pasiones junto con mis experiencias personales y profesionales, para ayudar a otros a superarse. Decidí a preparar y enseñar programas de desarrollo personal y de liderazgo. Establecí una empresa bilingüe de entrenamientos y empecé a dar lecciones de enriquecimiento para los padres y a educadores a través de talleres y charlas por más de 10 años. (Para obtener una copia de mi Biografía Profesional, oprima aquí.)
A través de los años, he seguido aprendiendo, escuchando y permitiendo que lo Divino dentro de mi corazón ilumine y guíe mi camino. Ha habido alegría y satisfacción, pero el camino no siempre ha sido fácil. Ha estado lleno de miedos, de dudas, y de incertidumbre.
He encontrado que la sabiduría viene al desarrollar el coraje, la fe y la confianza para superar los desafíos que enfrentamos, al aprender y al dejarnos ser guíados hacia adelante para vivir la vida como como somos intentados. Todos tenemos la capacidad de superar nuestras luchas y retos. Hacerlo nos da la fuerza y la confianza para transformar y ser una versión de nosotros mismos mejor y más feliz; esencialmente, el hacer crecer nuestro mayor potencial. Cuando crecemos y desarrollamos en esta manera, afectamos a todos a nuestro alrededor, inspirándolos con la misma energía positiva.
Mi llamado más reciente fue encontrar el valor de aceptar la esencia espiritual de mi trabajo y continuar mi tarea de llevar esta luz a los caminos de otras más plenamente ahora. Yo estoy aquí para ayudar a las personas a descubrir y utilizar su propio mayor potencial Divino. Yo estoy aquí para ayudar a otros a volver al camino que son destinados estar. Yo estoy aquí para ayudar a cultivar más amor, luz y alegría en mi manera propia y única. El expresar lo que nacimos para hacer, en una forma que sirve a otros, es el más alto propósito de nuestro ser.
Con mucho amor y fe en ti,
Lucy
A mediados de 1980, me convertí en una recién casada, y dentro de un año y medio, una nueva mamá. Los desafíos que estos dos acontecimientos importantes de la vida trajeron eran a la vez estimulantes y agotadores. Me encontraba experimentando los "altibajos" de la maternidad. Los "altos" eran el amor y la alegría al darle la bienvenida a una pequeña especial en nuestra vida. Los "bajos" eran el acto inesperado de balancear las responsabilidades de cuidar y criar a una niña. El intento dificil de mantener equilibrio en la vida personal con un nuevo hijo deja a los padres prácticamente sin tiempo para ellos mismos o individualmente.
Yo no podía ver los cambios y demandas causadas por la combinación de la maternidad y el ser una recién casada. Manejé éstos lo mejor que sabía, siempre apareciendo como si sentia confianza y mantenia balance, mientras trataba de cumplir con las expectativas culturales y sociales. Y hice esto mientras que trabajaba a tiempo completo.
No era perfecta. Comencé a tomar decisiones que venían más de la inmadurez que de la sabiduría, posiblemente como un grito de ayuda, porque no podía verbalizar mis necesidades. Mis pobres opciones borraban lo que estaba sucediendo. Este comportamiento comenzó a afectar mi matrimonio joven en una forma negativa. Yo misma me estaba perdiendo y empecé a sentirme triste e incierta, pensando que estaba sola para figurar como remediar la situación.
Las consecuencias de mis decisiones empezaron a afectar mi vida: todo lo que yo estaba tratando de mantener junto empezó a desintegrarse. La vida aparecía muy frágil. Me sentía sola y como si me estaba hundiendo en un pozo oscuro. Desarrollé una tristeza, pensando que nadie me podía ayudar. Mis sentimientos se volvieron casi insoportables. Un día, sintiendome deprimida, lo único que pude hacer fue quedarme en la cama y llorar. Sintiendo dolor, lloraba inconsolablemente. Mi corazón se rompía y se sentía pesado, empapado con dolor. Desesperadamente, le rogué a Dios que me quitara el dolor y la miseria que sentía.
Sorprendentemente, ocurrió algo que nunca podría haberme imaginado. Todavía recuerdo que dentro de unos momentos después de haber rogado por ayuda una energía increíblemente amorosa comenzó a surgir hacia mí. Irradiando desde la esquina izquierda de mi recámara, la energía era muy cálida y tranquila y me llenó totalmente de amor. Me trajo una sensación inmediata de calma y se aferró a mí. Instintivamente, sabía que era una Presencia Divina. Aunque no vi nada como un ángel o las luces brillantes, yo nunca dude que era naturalmente Divina. Esta invisible Presencia cariñosa, difícil de describir, vino a entregarme lo que le pedí. Era demasiada sanadora. En ese instante, sentí un alivio profundo y sentí sin duda que todo iba a estar bien. Mientras disfrutaba de esta ola suave de energía divina, me calmé y al fin dejé de llorar. Un consuelo profundo se apoderó de mí. Yo sabía que mi situación se resolvería y con tiempo, asi ocurrió.
Indudablemente, la maravilla que experimenté esa mañana ha sido inolvidable, pero aún más importante, la Presencia Divina despertó algo más profundo dentro de mi ser. Despertó en mí el deseo de aprender a vivir la vida de manera más positiva y con más amor. También llegué a entender que despertó el aspecto espiritual de mi humanidad. La experiencia me puso en un camino de desarrollo personal y me llevó a mucho auto-descubrimiento. Ese roce con la Presencia Divina provocó en mí un hambre insaciable para aprender acerca de asuntos espirituales. Empecé una búsqueda para entender. Leí libros, estudié, asistí a clases, y fui a retiros relacionados con la espiritualidad y lo Divino. Me convertí en un estudiante de temas acerca de la intuición, el propósito de la vida, la felicidad, los ángeles, el misticismo, la energía, la sincronicidad, signos y símbolos, los sueños, las prácticas curativas de una variedad de culturas, la sabiduría de los indios nativos americanos y más. He estado en este camino desde entonces.
Al refleccionar, yo comprendo que la experiencia que tuve a causa de las circunstancias difíciles con cual trataba no es tan importante como todo el aprendizaje que ocurrió a causa de ella. He llegado a comprender la experiencia como lo que realmente fue: una Divina y graciosa despertación. Llegó a despertar mi espíritu y a recordarme que la única manera de salir de la oscuridad es a través del amor: el amor incondicional de uno mismo y los demás. La experiencia increíble que tuve también me enseñó a prestar atención y a vivir la vida de una manera más consciente de lo que realmente es importante. Seguí aprendiendo, intenté entender y tomar acción al escuchar la guíanza que he recibido a través de los impulsos de mi corazón. Estas intuiciones siempre me han dirigido a vivir la vida de una manera mejor, con amor y con propósito.
Una cosa me llevó a la otra y pronto me sentí llamada a usar mis conocimientos, talentos y pasiones junto con mis experiencias personales y profesionales, para ayudar a otros a superarse. Decidí a preparar y enseñar programas de desarrollo personal y de liderazgo. Establecí una empresa bilingüe de entrenamientos y empecé a dar lecciones de enriquecimiento para los padres y a educadores a través de talleres y charlas por más de 10 años. (Para obtener una copia de mi Biografía Profesional, oprima aquí.)
A través de los años, he seguido aprendiendo, escuchando y permitiendo que lo Divino dentro de mi corazón ilumine y guíe mi camino. Ha habido alegría y satisfacción, pero el camino no siempre ha sido fácil. Ha estado lleno de miedos, de dudas, y de incertidumbre.
He encontrado que la sabiduría viene al desarrollar el coraje, la fe y la confianza para superar los desafíos que enfrentamos, al aprender y al dejarnos ser guíados hacia adelante para vivir la vida como como somos intentados. Todos tenemos la capacidad de superar nuestras luchas y retos. Hacerlo nos da la fuerza y la confianza para transformar y ser una versión de nosotros mismos mejor y más feliz; esencialmente, el hacer crecer nuestro mayor potencial. Cuando crecemos y desarrollamos en esta manera, afectamos a todos a nuestro alrededor, inspirándolos con la misma energía positiva.
Mi llamado más reciente fue encontrar el valor de aceptar la esencia espiritual de mi trabajo y continuar mi tarea de llevar esta luz a los caminos de otras más plenamente ahora. Yo estoy aquí para ayudar a las personas a descubrir y utilizar su propio mayor potencial Divino. Yo estoy aquí para ayudar a otros a volver al camino que son destinados estar. Yo estoy aquí para ayudar a cultivar más amor, luz y alegría en mi manera propia y única. El expresar lo que nacimos para hacer, en una forma que sirve a otros, es el más alto propósito de nuestro ser.
Con mucho amor y fe en ti,
Lucy